Despierta.
Acurruca tus fríos ojos
dentro de tus blancas mejillas.
Así.
Deja que tus huesos
rompan la cárcel de tu cuerpo
y salgan a bailar.
Olvida tus prejuicios
y tu rencor.
Olvida a todos aquellos
que te hicieron daño.
Sobretodo a esos.
Así.
No intentes convencerlos de nada.
Hace tiempo que te
alejaste.
Mece el bolígrafo sobre las líneas
que nadie lee,
o sobre los dibujos
que nadie mira o admira.
Nunca prestaron importancia
a lo que hacías.
pero ya no importa.
Hace tiempo que dejó de importar.
Así.
Ríete con esa risa
que, a veces, incomoda.
Pero a ti no te incomoda,
a ti te hace sentir libre.
Como gusano que fuiste
y mariposa que vas siendo.
Así.
Eso ellos tampoco lo saben
porque en realidad nadie
ha querido conocerte.
Así.
No seques nunca el océano
de tu mirada,
porque, cada noche,
yo me mecería en él.
Así.