viernes, 28 de febrero de 2014

Última flor

Era como un almendro.
Oscura.
Parecía que la vida se había
alejado de ella.

A su alrededor
los demás árboles resplandecían,
daban sus frutos
cargados de vida.

Y un día, de repente,
llegaste tú.
Hiciste que ese almendro apagado
empezara a echar flores
y se volviera hermoso.
Brillaba.
La alegría brotaba
por cada poro de sus ramas.

Pero llegó el día
en el que la heriste.
La abandonaste.
Dejaste que sus flores
cayeran al suelo.
Permitiste que ese árbol
llorara.
Se volvió a apagar
y a oscurecer.

Al cabo del tiempo
quisiste volver, hacerla feliz.
Habías alegrado a muchos otros árboles
durante ese tiempo sin ella.
Pero ella, ese árbol,
había estado desnudo,
desierto de ninguna flor.
Y cuando intestaste que
volviera esa primavera en que brilló,
ese árbol te sonrió,
intentó florecer otra vez pero
no lo consiguió.

Entonces te diste cuenta
de que cuando te fuiste la primera vez
habías clavado un hacha en su tronco.
Y ese almendro se moría,
pero no te dejó de sonreír,
dejó caer su última flor por ti.

domingo, 23 de febrero de 2014

Va y viene.

Ella va y viene.
No entiende la mayoría de las cosas que suceden, no sabe el porqué de las cosas.
...
...
...
No entiende porqué sus ojos revientan dentro de sus cavidades y dejan dos huecos inmensos y oscuros, llenos de desolación.
Quizás será para que solo halle la noche, la oscuridad y que se encuentre, supongo, porque perdida ya está, hace tiempo que se perdió.
Ella va y viene.

martes, 18 de febrero de 2014

La nada.

Silencio prolongado, destruyendo cualquier intento de auxilio.
No es sólo tu silencio lo que me duele, también son tu mirada perdida, tus manos temblorosas, la sangre que brota por todos tus poros...
Hay mucho ruido a tu alrededor, pero no te estás dando cuenta, no quieres hacerle caso.
Sé que preferirías estar llorando pero sigues mordiéndote los labios.
Todo vive a tu alrededor, pero sólo sientes la nada, ese silencio incesante que hace que nada merezca la pena, pero... ¿en algún momento lo mereció? 
Piénsalo, porque...
Estoy sufriendo y por culpa de tu silencio, la nada también se apodera de mí.